¿Y cómo saber si está bien quedarse acá?
Es saludable cumplir las metas que uno se propone pero cuando cuestionas constantemente el objetivo por miedo a estar conformándote es peligroso. En esa pelea contra el conformismo, el único que sale perdiendo sos vos. Se vuelve adictivo no conformarse con lo que tenemos, con lo que buscamos, con quien queremos…
A diferencia de algo que creí durante años (ahora entiendo que es un prejuicio) creo que es sano estar conforme, creo que eso no significa caer en la mediocridad sino todo lo contrario. Es atreverse a apreciar sin límite ni miedo que estás siendo feliz.
Esas situaciones cotidianas que logran exasperarnos al borde de un colapso nervioso y que después, irónicamente, quedan en la memoria... No hay duda, somos animales de costumbre y repetición.
Machaque del momento
- REIKI
jueves, 24 de marzo de 2011
viernes, 11 de marzo de 2011
Copiate que me gusta
Cuando un compañero de trabajo cumple años y en la oficina deciden juntar plata para comprarle un regalo, generalmente viene acompañado de una tarjeta firmada por cada uno de los participantes de dicha compra.
Como esta vez decidieron dejar la tarjeta a firmar en el escritorio que está en frente al mío, me detuve a observar una peculiar característica en cada uno de mis compañeros de trabajo: TODOS, absolutamente cada uno de ellos, antes de expresar sus buenos deseos por escrito y firmarlo, se detuvo a leer cada mensaje que había escrito hasta el momento.
¿Por qué tanta curiosidad?
Acaso ¿copian los mensajes? ¿Buscan letra? ¿Pretenden entender la profundidad de los vínculos? ¿Intentan inspirarse? ¿Quieren reírse de las faltas ortográficas de algunos? ¿Será que quieren chequear quién se quedó sin poner plata para el regalo?
Es muy gracioso… voy a seguir esperando pero todavía no hubo una sola persona que llegue, se siente y sin leer qué es lo que puso el resto, deje su mensaje en la tarjeta. La intriga y la curiosidad ¿será que mata al hombre?
Yo todavía no firmé, voy a esperar más, así leo los comentarios de mis cincuenta compañeros.
Si la hago, la hago bien.
Como esta vez decidieron dejar la tarjeta a firmar en el escritorio que está en frente al mío, me detuve a observar una peculiar característica en cada uno de mis compañeros de trabajo: TODOS, absolutamente cada uno de ellos, antes de expresar sus buenos deseos por escrito y firmarlo, se detuvo a leer cada mensaje que había escrito hasta el momento.
¿Por qué tanta curiosidad?
Acaso ¿copian los mensajes? ¿Buscan letra? ¿Pretenden entender la profundidad de los vínculos? ¿Intentan inspirarse? ¿Quieren reírse de las faltas ortográficas de algunos? ¿Será que quieren chequear quién se quedó sin poner plata para el regalo?
Es muy gracioso… voy a seguir esperando pero todavía no hubo una sola persona que llegue, se siente y sin leer qué es lo que puso el resto, deje su mensaje en la tarjeta. La intriga y la curiosidad ¿será que mata al hombre?
Yo todavía no firmé, voy a esperar más, así leo los comentarios de mis cincuenta compañeros.
Si la hago, la hago bien.
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