Mi despertador sonó a las 8, lo apagué y a la media hora di un salto de la cama al suelo sabiendo que era tarde. Me puse lo primero que encontré (léase lo que había usado el día anterior y dejé arriba de la silla para lavar), me tomé un yogur bebible a las apuradas para evitar que me bajara la presión en el viaje, cosa que me ocurre frecuentemente si no tengo algo en el estómago, cerré con llave, bajé por la escalera porque el ascensor no venía y me fui.
Apurada, culposa y frenética salí casi corriendo a trabajar. Abrí la puerta del edificio y me topé con un cartel que decía que la empresa ABSA estaba trabajando para mejorar su servicio. Detrás del cartel estaban rompiendo la vereda unos cuatro muchachos a los golpes. Estos hombres estaban haciendo una fuerza terrible a las 8.45 de la mañana y yo, como siempre, no pude evitar (además de sentirme miserable) pensar en si ellos habrían comido antes de ir a trabajar para evitar el issue de la presión, si se habrían quedado dormidos y habían tenido que salir histéricos de su casa para darle semejantes golpes a la vereda, entre otras cosas del mismo estilo.
En el viaje quise hacer un balance y me di cuenta de que lo positivo de ese trabajo era que la furia que trajeran del hogar por el motivo que sea la descargaban en aquellas baldosas, lo negativo era todo el resto. La cintura de esos muchachos, los músculos, el sol todo el día pegándole en la cabeza ¡qué increíble me resulta sentirme cansada cuando vuelvo de trabajar ahora que vi como ellos trabajan! Me siento tan miserable cuando me quejo de mi trabajo, cuando vuelvo exhausta, cuando no quiero ir, cuando prefiero ver una película, cuando quiero salir a caminar y no puedo. Si, culpa, al 100%. No es bienvenida, nunca lo es, pero aparentemente mi mente la recibe tan bien que queda instalada por largo rato…
Bueno, es saludable de vez en cuando una duchita de realidad, no?
ResponderEliminarLe retribuyo los saludos de H.
Ciertamente esto nos ocurre a todos con cierta frecuencia. Estamos tan instalados en la comodidad, que pensamos que nuestros trabajos son agobiantes, estresantes e insufribles.... y no nos fijamos en tantos millones de personas que, o no tienen trabajo, o viven en condiciones infrahumanas...
ResponderEliminarBesos
De vez en cuando es saludable mirar alrededdor para darnos cuenta que no somos tan desgraciados como a veces nos sentimos, pero sin torturarse claro, eso tampoco seria sano. Besinos y que despiertes bien mañana.
ResponderEliminarno sientas culpa, aunque a veces es inevitable.
ResponderEliminarte felicito por no mirarte el ombligo y pensar en los demas.
beso!
la culpa me invade cuando pienso en que porque no me ganare la loteria para poder comprarme algo que vi en el dia y lo queria (mucha ropa) y pienso en las personas que desean con toda su alma un chaleco nuevo para ellos pero usado por otra persona, y ahi me da pena y regalo mi ropa a hogares :)
ResponderEliminarSiempre es bueno una lección de humildad y pensar en que hay gente que está peor que nosotros y que reciben poca ayuda de los que más tienen aunque..... también podemos mirar adelante de vez en cuando e intentar alcanzar un poco de comodidad, no???
ResponderEliminarUn besito, te gustó el chocolate??
y bueno.......de las sorpresas, de lo inesperado se teje la vida
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