Machaque del momento

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miércoles, 3 de febrero de 2010

¡¡¡Elegime a mí!!!!

No es que no tenga una ocupación, un empleo o una actividad. Todo lo contrario, la tengo pero no es lo que quiero. Acto seguido, concentro toda mi energía en pensar adónde quiero ir, en qué lugar me gustaría trabajar y cuando me doy cuenta de cuál es esa respuesta empiezo a pensar en lo largo que es el proceso de selección y las frustraciones que lleva consigo.

En este momento estoy recordando como fui seleccionada para el primer trabajo en blanco que tuve. Las cuatro entrevistas, los veinte mil exámenes físicos, psicológicos de inteligencia, emocional, cognitivo, etc. Ese día volví exhausta a casa, convencida de que las respuestas que di no eran las que debería haber dado, que quizás a la psicóloga tendría que haberle contado mi historia de otra manera, en fin, manipulado de la forma en que yo creía correcta sería mi imagen para que un tercero me elija.

Estamos siendo evaluados desde que nacemos, desde las expectativas de nuestros padres y su posterior reconocimiento (o no), las evaluaciones escolares, los exámenes de ingreso a la universidad, el examen de manejo, las encuestas telefónicas, los tan temidos exámenes preocupacionales. Estos últimos son tan difíciles, creo que no hay persona que salga conforme con su rendimiento en alguno de ellos. Es tan grande la ansiedad, la expectativa, el deseo que no creo que podamos mostrar nuestro máximo potencial y esplendor. Y ni hablar cuando venís en una mala racha, pasaste por dos o tres entrevistas con desenlace negativo y estando en la cuarta te sentís la persona con menos autoestima del planeta y recién ahí ocurre, estás dándote por vencida y ¡oh! suena el teléfono. “Hola Cielo, te llamo de la consultora…”(esa frase introductoria hace que tu corazón tiemble, bombazo de adrenalina por todo el sistema sanguíneo). Te avisan que quedaste elegida, ¿lo podes creer? A mi asombra, me da bronca, me enoja pero enseguida suspiro de satisfacción y plenitud.

Va a llegar ese primer día y seguimos en el proceso de evaluación. La ropa, qué difícil elección va a ser el atuendo para el primer día ¿sandalias, tacos, chatitas u ojotas? De repente elegís los tacos pero ni bien llegás tenés que ponerte cinco curitas alrededor del tobillo porque tu pie está todo lastimado. No importa, nada de eso interesa cuando estás bien emocional e intelectualmente. Conseguiste trabajo, el trabajo que querías, ahora sentís que nada va a detenerte porque estás siendo cada vez más independiente y eso te hace feliz.

Cada uno sabe hasta adónde es capaz de llegar por lo que quiere, cuanta cabeza tiene para conseguir sus objetivos, cuales son sus limitaciones y por sobre todo, cuales son sus virtudes y sus tan temidos defectos. Es el día de hoy y a mí me sigue costando salir conforme de una entrevista, de una evaluación, de una prueba. No quiero atribuirle todo a una mala racha de suerte, quizás el azar intervenga de vez en vez pero en esta oportunidad no puedo evitar sentirme responsable de mis propios fracasos. Pienso en que alguna vez, alguien va a darse cuenta de la voluntad que tengo, de cuáles son mis virtudes y puedan aceptar mis defectos.

Quisiera que dejen de buscar robots, y comiencen a encontrar personas con autonomía, libertad y responsabilidad por sus pasiones.

Agarrate Cielo de a poco está volviendo… estuvo de vacaciones narrativas pero nunca ausente.

8 comentarios:

  1. Sumergidos en una sociedad materialista como la nuestra dificilmente se pararán a buscar personas con ilusión y encanto por lo que hacen. Es toda una lástima que se pierdan tantos talentos por poner en su lugar a una persona que todo lo que sabe es de memoria. Tú nunca cambies.
    Un saludo

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  2. Pues nunca me había puesto a pensar en que es verdad que siempre estamos de exámenes.....


    Me alegra que hayas vuelto, un besito desde este lado del charco.

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  3. Hola:
    De acuerdo.
    Hay un examen en el cual te dan el titulo al empezar y tenes que cursar toda tu vida. Es dificilisima, te equivocas, no estas conforme con tu rendimiento y ademas el profesor es muy exigente.
    Ser madre.
    SUsana

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  4. La vida es una constante evaluación, en el trabajo, en las relaciones de amistad, de amor, familiares, incluso nosotros mismos nos evaluamos sin darnos cuenta.
    Me alegra que vuelavas a estár por aqui, me alegró tu visita.
    Besinos.

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  5. Mucho gusto, gracias por visitar mi infierno, estamos en contacto.

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  6. todo lo que dices es real, friamente real.... alguna vez alguien me dijo que en futuro (espero bien lejano) nisiquiera nos entrevistarian, sino q pedirian nuestro ADN en vez de un curriculm........ terrible

    abrazos

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  7. Entiendo lo que dices, el sistema funciona así, pero en el fondo te das cuenta que tú misma te estás evaluando, sabes amiga el peor juez somos nosotros mismos, y intuyo que eres muy exigente contigo, eso no es malo, pero a veces no nos deja ver lo bueno que somos. Nos evaluan, nos evaluamos y evaluamos a eso nos enseñarón. Necesitamos un nuevo orden pero temo que tardara aún en llegar, gracias mil por tú visita y aqui estoy de nuevo de regreso , espero me permias seguirte un gran abrazo

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  8. Pues asi es querida amiga, somos criticos hasta de nosotros mismos y somos nosotros quienes mas nos reprobamos en nuestros autoexamenes...

    para todo hay que estar preparado, me encanta volver a leerte, te extrañaba.

    Dos besos.

    Darío.

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