Machaque del momento

  • REIKI

jueves, 30 de julio de 2009

Mi moral tiene forma de Gelatina

“Esto es un atropello a la moral”. No hace muchos días estaba en el trabajo y dirigida por el basto aburrimiento me puse a pensar en esta frase que muchas personas solemos usar ante determinadas situaciones.
Generalmente cuando estoy aburrida o en medio de mi hora pico suelo tener divagues, por ejemplo pensar en los significados de las palabras, de los conceptos, de las frases; desmenuzar ideas hasta descostillarme de la risa, entre otros ataques de sana locura.
Aquella tarde cuando pensé en esa frase, no pude dejar de reírme por varios minutos hasta que concluí en varias cosas. Por un lado, traje a un plano consciente el hecho de que mi moral tiene forma de gelatina color frambuesa y por el otro lado, la manera en que imagino que esa gelatina rosada es atropellada es a mitad de cuadra en una avenida por una bicicleta que le pasa por encima y la deja en el suelo dividida en dos partes. Fue un lime pero me reí tanto que empecé a preguntarle a la gente de mi entorno cómo se imaginaban a su moral y créanme que escuché cosas realmente graciosas. La mente humana alcanza límites insospechables…
Hoy tuve ganas de preguntarle a ustedes: ¿Cómo se imaginan a su moral? Y luego ¿Cómo imaginan que la misma es atropellada?

lunes, 27 de julio de 2009

Gracias por ser mi amigo

En mi país, el lunes 20 de julio fue el día del amigo. Muchos amigos se acordaron de mí y me enviaron un mensaje, un mail o me hicieron un llamado. Admito que yo intenté evadir a la mayoría. Odio el fanatismo por celebrar ese tipo de fechas, como si ese día uno tuviera que hacer cosas por sus amigos. La verdad es que si son buenos amigos, van a merecer que hagas por ellos lo que sientas en cualquier momento del año y si son una porquería no vale la pena gastar veinte centavos en un mensaje de texto, pero ni ese día ni cualquier otro.
Las fachadas ya fueron enterradas, por suerte. ¿Qué onda eso de querer figurar ser algo un día en particular? Uno de los mayores temores de todo ser humano es la soledad, entonces a veces pienso que la gente al tener este estilo de comportamiento se debe sentir importante, acompañado, rodeado de amigos… y yo digo: ¡cómo se mienten! Enviar el mismo mensaje masivo a diez personas… ¡Wow! (¿?)
Los AMIGOS se cuentan con los dedos de una sola mano y no necesito recordarles que son mis AMIGOS en el día del amigo, aunque no descarto que es una buena excusa para recibir regalos, cocinar cosas ricas e invitarlos a degustarlas (siendo materialista, obviamente).
No voy a negar que en el día del amigo asistí a la reunión que se hizo en honor a semejante fecha, la pasé muy bien, comí, tomé y me reí muchísimo pero quiero manifestar mi queja hacia el compromiso pedorro de saludar a la gente por el día del amigo.
La idea de este texto no es ofender a nadie, agradezco a quienes me tuvieron en cuenta ese lunes pero creo que al fin y al cabo los que mejor la pasan este mes son los dueños de las compañías de telefonía porque facturan mucho más dinero que otro mes del año…

jueves, 23 de julio de 2009

"Poder decir adiós es crecer"

Una vez Gustavo Ceratti afirmó que: “…poder decir adiós, es crecer” y yo estoy de acuerdo con él. Poder dejar de lado tu estilo y renovarte, renunciar a un empleo por otro, dejar ciertas amistades tóxicas de lado, no usar más determinada ropa, cambiar de pareja, irte de tu casa a otro sitio, cambiar la cama por una nueva, reemplazar los cubiertos por otros hasta, quizás, cambiar el shampoo de uso habitual.
Es que acaso ¿todo no se trata de la costumbre que genera cada cosa en nuestra vida? El conflicto no surge en el cambio, para mí se da en la reacomodación. Lo nuevo genera miedo, simplemente porque es desconocido. Antes de saber que lo nuevo puede ser bueno o malo, excepto que seas ampliamente optimista, crees que las posibilidades de que sea una experiencia negativa, en comparación con lo que tenías anteriormente, son mayores a que sea positivo. ¡Qué seres humanos enroscados!
Una de las personas que más amo en mi mundo dice que somos nosotros los que confundimos todo por querer conseguir trascendencia, opina que seríamos mucho más felices y distendidos si viéramos lo que hay en donde está en lugar de buscarlo por otra parte. Yo, en mi interior, sé que tiene razón pero me parece que me gusta el drama y por eso decido enroscarme. Lo mío es sentirme en un laberinto, aunque la única vez que estuve en uno, fue desesperante encontrar la maldita salida.

Voy a decir adiós pero poniendo un freno o un límite al miedo, el miedo paraliza y no es la idea que así suceda.

sábado, 18 de julio de 2009

I LOVE SIESTA

YO AMO DORMIR LA SIESTA. Para ser más descriptiva, la siesta tiene que ser conmigo metida entre el acolchado y la frazada. Nada de desarmar la cama… eso se respeta hasta la noche. Abrir la cama en su totalidad para ingresar en ella es dar por finalizado ese día, y la siesta significa lo contrario.
Si empiezo a buscar cuál fue el momento de mi vida en el que me hice fanática de dormir la siesta creo que se remonta a cuando yo era bebé y me cuidaba mi abuela para que mi mamá fuera a trabajar. Los abuelos van de la mano de las siestas así que esta conclusión tiene sentido total. A mí no sólo me gusta dormir la siesta al mediodía, yo amo las siestas en cualquier momento del día, y no me refiero a esas siestitas de veinte minutos, yo necesito como mínimo una hora, sino es un insulto a la siesta (admiro a la gente que con tan poco tiempo, se levanta renovada).
Quiero detenerme en la mejor parte de ese momento, una vez que estás debajo del acolchado y empezás a generar calor, esa es la antesala perfecta para el sueño profundo.
Creo que lo que más disfruto de las siestas, es que las hagas cuando las hagas, al despertar no se pasó el día, podés seguir haciendo cosas sin cambio de fecha, es como un espacio, un silencio, una invitación a la reflexión, un descanso para el cuerpo, una pausa que te permite presionar play cuando quieras y continuar.

Ya que estoy haciendo confesiones, una muy a lugar es reconocer que si bien lo descripto hasta el momento es el clímax ideal para una siesta, no está nada mal el mix CUCHARITA + SIESTA ...

lunes, 13 de julio de 2009

Hansel y Gretel

Todos los días durante el último año de secundaria volví caminando a casa desde la escuela junto a mi mejor amiga que vivía a seis cuadras. Tomábamos siempre el mismo camino y ello se debía a una única razón: queríamos pasar por una bombonería presente en la avenida (que creo aún existe) cuyos dueños y vendedores eran dos viejitos encantadores, eran la pura imagen del amor a través de los años rodeados de dulzura en diversas formas, colores y tamaños.
La mayoría de las charlas a lo largo de esas cuadras eran en torno a esa pareja, ideábamos que su casa sería toda de chocolate y que habría dulces por todas partes, caramelos para curar todo tipo de dolor, pastillitas de colores para entretener y que siempre habría bombones servidos junto al café. En mi mundo interior yo imaginaba que esos viejitos vivían en el medio del bosque en una cabaña similar a la del cuento de Hansel y Gretel (cuando era chica podía ver esa película una vez tras otra sin aburrirme y al finalizarla, querer repetirla).
Hoy, después de varios años volví a pasar por ese lugar, la bombonería sigue estando sólo que ya no es atendida por esos dueños, ahora hay otros. De todas formas, al mirar a través de la vidriera, los veía ahí sentados como si el tiempo no hubiera pasado, riéndose como los he visto reír ahí adentro vendiendo cosas tan ricas La situación cambió pero prefiero quedarme con ese tan lindo recuerdo suyo.
Qué loco resulta pensar que ellos ni siquiera saben de mi existencia, mucho menos del valor que yo le dí a la hermosa imagen que proyectaban…

domingo, 12 de julio de 2009

Cuando el cielo dejó de ser celeste…

Eso pasó, se llenó de nubes el cielo. No eran blancas, o al menos yo no lo veía, de repente todo se oscureció. Ahí entendí que me tenía que ir. Ese ya no era más mi lugar en el mundo.
Al principio la ansiedad y el pánico que me generaba la situación invadieron mi cuerpo pero poco a poco fui dándome cuenta de que era imposible seguir extendiendo la espera. Ya estaba todo derrumbado y con una sola obrera dudo pueda levantarse semejante desastre. El tema de la espera resulta engañador ya que en su función muchos trucos fueron armados. Sé que es hora de ver realmente en donde está la puerta, nunca quise que fuera de esta manera, pero hoy más que nunca necesito encontrar la salida de emergencia…
Y sin darme cuenta la solución llegó de la mano de quiénes, paradójicamente, menos lo esperé o creí estar esperando. Qué desconcierto y cuánta felicidad a la vez me genera estar dándome cuenta de que tal vez lo único que hubiera hecho falta era tranquilamente comunicar mis necesidades, transmitir mis deseos. Yo creo ser expresiva pero la experiencia, en esta ocasión, está enseñándome que no siempre todo es legible entrelíneas, hay que ser claro porque se llega más lejos y evitás ruido entre vos y tu objetivo.

(“Nada contribuye tanto a tranquilizar mi mente como un objetivo claro…” dijo Mary Shelley).
¡Buen fin de semana!

jueves, 9 de julio de 2009

Porque amores que matan nunca mueren...

Si tengo que ser honesta, nunca me gustaron las canciones de Serrat ni la voz de Sabina pero por casualidad hoy me detuve (por cordialidad) a escuchar ese CD que hicieron juntos en vivo y me quedé pensando en las palabras que titulan a este escrito.
“Oh L`amour”. Hay todo tipo de amor, vueltas y patologías en torno suyo. Tal como alguno habrá notado estoy atravesando por un período agitado en mi vida y creo que en esta idea se encierra uno de los problemas que me sugestionan.
Si de ejemplificar se trata, puedo decir que hay amores que generan culpa, hay amores que dan libertad, hay amores que producen energía, otros que generan dependencia, hay amores que te hacen vivir y también hay amores que matan. En relación a este último tipo de amor (por llamarlo de alguna manera) creo que es una realidad común a muchos esto de que amores que matan nunca mueren ya que quizás sea uno de los amores con mayor fuerza existente en el mundo, la verdad es que no logro entender su funcionamiento, de hecho, apenas puedo reconocer su validez.
Si quisiera puedo desarrollar muchas ideas y conceptos en relación al amor pero no es la idea, tampoco quiero ponerme romántica o melosa porque no estoy de humor como para serlo. El punto es que resulta evidente que no llegué a buen puerto en relación con toda esta idea, sin embargo, quiero decir con total convicción que esos amores porque nunca mueren, es que matan...

(Si no admitiera que por ahí mañana escuche un poco más en detenimiento esa música para cerrar la idea en mi cabeza, estaría mintiendo).

lunes, 6 de julio de 2009

Música, un café y yo

Llegué hace veinte minutos de la calle, caminé como treinta cuadras con estas botas negras divinas (léase incómodas), estaba cansada y quería hacer una siestita porque había madrugado pero decidí previamente tomar un cafecito para que mi cuerpo olvidara el frío que pasó afuera e intentar ser condescendiente con el único anhelo que tuve durante las últimas diez cuadras hasta casa: tomar algo caliente. Puse a hervir el agua y mientras la esperaba abrí los cajones de la cocina para ver que había. Ahí estaba, el jarrito para calentar la leche ¡que alegría! En dos segundos recordé toda mi infancia. Esos recuerdos son increíbles porque a partir de objetos sin gran sentido o por medio de un aroma u olor podemos revivir sensaciones del pasado tan naturalmente como si estuvieran ocurriendo en ese mismo instante. Ni bien terminé de calentar la leche y preparar el café, vine a mi habitación y me senté a escuchar algo de música. ¡Cómo amo esos momentos de tranquilidad en los que conecto conmigo tan de lleno! Ese café con leche me salió riquísimo, cosa extraña en mí, y la realidad es que mientras lo tomo y halago, quise plasmar lo feliz que estoy siendo con tan poca cosa. El mix música, café con leche de infancia y yo me sienta bien hoy. De pronto me acordé de que algún día valía quererse así ¿no?

jueves, 2 de julio de 2009

¿En el cielo la gente se separará?

Mi mejor amigo se peleó con su novia, no por voluntad propia sino porqué ella volvió con su ex novio y lo dejó habiéndolo engañado. Inevitablemente después de charlar con él al respecto me quedé pensando sobre los códigos en las relaciones de pareja.
Yo soy una persona por demás romántica, lo sé y quizás al serlo termine estando equivocada con algunas concepciones que tengo pero verdaderamente surgen algunas preguntas sin respuesta en el interior de mi mente. Ingresar en una relación e intentar sostenerla en el tiempo hacia un fin común realmente es una inversión de tiempo, de energía, de emociones, de entrega y también de dinero (pensamiento aparte: una vez un hombre me dijo que era más barato “ir de put*s” que tener una novia). Qué mentira que es eso de que el amor se acabó de la noche a la mañana. No existe. Cualquier persona que estuvo enamorada sabe que arribar a esa conclusión lleva más tiempo que una noche, el punto es saber darse cuenta de que ese proceso viene desarrollándose adentro. Ahí radica, para mí, la falla en la mayoría de los casos.
Ser abandonados es uno de los grandes miedos de la humanidad (de repente quedarnos solos) pero a veces nosotros contribuimos a que eso suceda. Yo no estoy diciendo que mi amigo haya hecho, de manera consciente, algo para que esto ocurra, al contrario, sé cuan adorable es, lo que ella está perdiéndose y la realidad es que cuando se dé cuenta va a ser tarde, pobre. No puedo entender su actitud que más allá de haberle dicho “volví con mi ex, lo nuestro se termina”, esta charla fue por teléfono… ¿En dónde queda el respeto por lo que hubo? Las risas, las salidas, las miradas cómplices, la confianza, los descubrimientos, los gustos compartidos ¿qué onda?
El amor es una emoción agotable, requiere de alimento para mantenerse en equilibrio, para generar esa sensación tan única que hace que a lo largo de la historia todos hablemos de que para ser feliz basta con tener y dar amor. El problema surge cuando, en este caso en una pareja, el amor “se acaba”, si se quiere, yo termino preguntándome ¿qué pasa con el amor de la persona que queda patas para arriba? A lo mejor termine transformándolo en odio, rencor, miedo, parálisis o simplemente pueda entenderlo como algo que sucede todo el tiempo y seguir adelante con el análisis de ventajas y desventajas para la siguiente relación.
Amigo, sepa usted que en mí tiene todo el apoyo que necesite, le guardo varias risas acá. Para eso estamos, para reírnos y para llorar lo perdido. Llámeme cuando tenga ganas.

miércoles, 1 de julio de 2009

¿En el cielo con que se festeja?

Yo soy de las que prefieren la sidra por sobre el champagne y lo asumo después de varios años. No estoy diciendo que en casa hayamos podido comprarlo siempre, estaría mintiendo si lo hiciera pero de alguna forma está llegando a los últimos festejos una botella de esta bebida poco sabrosa para mí. Intenté que me guste, probé muchas veces, hasta intenté mezclándolo de maneras extrañas con otras bebidas pero no hubo forma, es imposible, me rendí. No sé si es el gusto, dudo sean las burbujas porque debería ocurrirme lo mismo con cualquier otra bebida gaseosa, quizás sea la sensación áspera que me deja de fondo… El punto es que me siento feliz de estar haciéndome cargo de que hoy fue la última vez que no descorchaba la sidra de manzana. Alguna vez me pasó que tuve miedo de abrirla y no terminarla, por eso no lo hice, temor a que nadie se una a mi causa y me ayude a cumplir dicha misión (finalizar la botella) pero voy a ser optimista y hoy elijo creer que seguro cuando lo haga en algún próximo evento alguien se va a prender a terminar la botella conmigo ¿no?
Cuando era chica recuerdo que mi madre mojaba el chupete de mi hermano en sidra, ahora que lo pienso, no sé si está muy bueno hacer eso. La verdad es que después de un par de pibes quizás siga su ejemplo para que “duerman tranquilos” aunque dudo sea con el primero. Otra cosa que me acuerdo de los festejos de la infancia es que desde pequeña me da miedo el proceso para descorchar una sidra, siempre pienso que el corcho en cuestión va a salir para arriba causando algún escándalo. Se escuchan tantas cosas que así suceden ¿por qué no podría ocurrir una en mi familia? En esto tal vez me parezca a mi madre, lo admito. Al fin y al cabo los genes se heredan, basta de renegarlos, al menos en esta semejanza, en las próximas veré.
En los últimos meses noté que tomar champagne en un bar, en un restaurant, en donde sea, es bastante TOP y está de moda. La verdad es que nunca me importó eso, mucho menos ahora.
¡Qué felicidad! Di ingreso a la sidra a mi vida deshaciéndome del champagne para siempre. Con este hallazgo ahora estoy un paso más cerca mío.